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Hay dos formas de vivir en este mundo. Una es la forma normal en la que aceptamos todo lo que nos sucede como destino. Y hay otra manera, que conocemos la gracia de Dios y podemos vivir una vida mucho más feliz, mucho más suave y más pacífica. Una vez que conocemos la gracia de Dios, la vida comienza a cambiar. La vida comienza a ser como debería ser. La vida comienza a ser como el Cielo.
